Saturday, February 21, 2015

Acuerdo con Grecia


¿De verdad esperaba alguien otro resultado que no fuera éste?

Lo dijimos desde el principio: de todas las relaciones extrañas de la semana pasada, la de Varoufakis y Schäuble era la que más posibilidades tenía de mantenerse. No había más remedio.

Y sin embargo ¡qué más quisiéramos que los problemas se hubieran terminado!

¡Qué más quisiéramos que el cambio de un nombre aportara la solución! La Troika ya no es la Troika, ahora se llama “Las Instituciones” ¿Y? Fuenteovejuna la seguirá llamando “La Troika” caiga quién caiga. Los eufemismos se han convertido en una pesadilla de tal magnitud que incluso los periódicos han vuelto a expresiones “chulescas”, por denominarlas de algún modo, a la hora de escribir sus artículos.

¿Quién y cómo paga la deuda mundial?

Ni todos los impuestos estafados a la Hacienda Pública Mundial conseguirán saldarla.

¿Quién y cómo consigue la creación de empleo en la era industrial, digital, computerizada, bioinformatizada y similares?

A ver...

Se necesita un Mundo Moderno con una cuenta bancaria saneada, capaz de dar trabajo a sus ocupantes. Si no es posible darles trabajo, al menos habrá que darles algo que comer. ¿Qué hacemos? ¿Decimos a los desheredados de este mundo que aguanten y sufran en humildad y silencio, que Dios o las posteriores generaciones – dependiendo de si uno es religioso o materialista- se lo agradecerán? ¿Fomentamos las instituciones privadas de beneficencia y caridad? ¿Dejamos que sean “Las Instituciones” (este nombre va a introducir un lío más en los análisis socio-políticos) las que se encarguen de ello? ¿Cómo? ¿A través de la compra de deuda? Eso no estaría mal si no fuera porque con la compra de la deuda no se come. Se come con pan. Por lo menos, pan. ¿Se crea una renta básica?

Hablamos de renta básica y aparecen corriendo los mismos que recomiendan Santa Paciencia, santa Obediencia y santa Humildad para advertir como desesperados que una renta básica nos va a llevar a la perdición humana, a la corrupción espiritual. Igual que hace siglos le decían al pobre que tuviera cuidado no fuera que se atragantara con el trozo de pan seco.

¡Santa Paciencia, desde luego, hace falta cuando se escuchan tales sentencias!

¡Cuidado con la renta básica no vaya a ser que los hoteles de las Bahamas se abarroten!

El problema de Europa no sólo no se ha solucionado con los últimos acuerdos, es que sigue creciendo sin remedio.

En vez de buscar culpables, en vez de desear que las circunstancias no fueran las que son, no estaría de más que “Las Instituciones” y demás gobernantes – con independencia de su religión, lengua, raza y sexo- se dedicaran a establecer las bases de la futura supervivencia de cada uno de los ciudadanos que habitan en nuestro pequeño pero amado continente, en vez de dedicarse a incrementar el PBI de sus respectivos Estados. Un Estado floreciente no es sinónimo de bienestar ciudadano, del mismo modo que en el S.XIX hablar de una empresa próspera no hacía referencia a prósperos trabajadores.

¿Malos tiempos para la lírica?

¡Malos tiempos para el estómago!

Isabel Viñado Gascón

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