Existen parejas históricas que han pasado al cine: es el caso de Sansón y
Dalila, Cleopatra y Julio César o Paris y Helena. Del mismo modo, encontramos
parejas cinematográficas que han pasado a la historia: Starsky y Hutch, “el gordo y el flaco”, Epi y Blas, por poner
unos pocos ejemplos. También conocemos parejas literarias inseparables como
Sherlock Holmes y Watson o Don Quijote y Sancho Panza, que subsisten tanto en
el cine como en la historia.
Sin embargo ninguno de este tipo de parejas resulta tan interesante para el
observador como las parejas políticas, a las cuales –al contrario de lo que
sucede en las otras- no las une ni el amor ni la simpatía sino el
enfrentamiento y hasta cierto punto la admiración que uno siente por un enemigo
de talla: Anibal y Escipión; Marco Antonio y Julio César; Robespierre y
Danton..
Y hete aquí que esta semana, las parejas políticas más representativas del
momento se han dedicado a las visitas. La señora Merkel acompañada del señor Hollande
han ido a rendir pleitesía a los señores Poroshenko y Putin que para poder recibir adecuadamente a
tan honorables huéspedes han dejado a un lado el enfrentamiento
armado que sostienen – “enfrentamiento armado” que no guerra porque no ha habido
una declaración formal al respecto. Los eufemismos son juegos de palabras aptos
únicamente para aquellos jugadores avanzados en la cosa política.
Mientras tanto el señor Schäuble se encontraba con el señor Varoufakis para
conversar sobre asuntos financieros y llegar a la conclusión que todos
conocíamos pero que ellos al parecer aún ignoraban: que están de acuerdo en que
no hay acuerdo. ¡Hombre! ¡Para llegar a eso hubiera bastado con una llamada de
teléfono!
Lo único que en este caso no me extraña es el asombro de los americanos. Putin
y Poroshenko se reúnen con Merkel y Hollande a tomar café como si tal cosa.
Merkel que hace un par de meses alertaba de las intenciones de expansión de
Putin, que iban – dijo- más allá del territorio de Ucrania, dice ahora que “con
Rusia y no contra Rusia”, mientras los ucranianos no dan crédito a sus oídos y
no entienden esta frase. ¿Significa que Alemania apoya las operaciones rusas en
el territorio ucraniano? Si las apoya, en tanto en cuanto no está dispuesta a
ayudar militarmente a los ucranianos, significa esto que acepta la anexión
hasta donde esta anexión termine? ¿Significa esto que se van a suprimir las
sanciones europeas contra Rusia? ¿Si no se suprimen cómo puede decir que está
con Rusia? ¿Se trata de una laissez faire lassez passer con sanción incluída
por aquéllo del que dirán? ¿Es el desesperado intento de quedar bien con todos:
electores, ucranianos, separatistas, rusos, empresarios...?
Los americanos están asombrados.
Yo también.
El “donde dije digo, digo Diego” es un juego sumamente peligroso en las
operaciones internacionales. La seguridad jurídica es algo que sólo tiene
sentido cuando las palabras expresan determinados conceptos. No se puede decir
un día que Rusia ha lesionado el derecho internacional y al día siguiente
afirmar que no “contra Rusia sino con Rusia.”
Sentencias así no demuestran en absoluto serenidad de espirítu ni frialdad
intelectual. Dichos enunciados expresan inseguridad, indeterminación y miedo.
No sé si Estados Unidos debería enviar armas a los ucranianos. Tal y como
está la situación no sería de extrañar que Putin y Poroshenko se fueran a tomar
el té de las cinco a discutir con Merkel y Hollande cómo conseguían que esos
gringos abandonaran el territorio europeo sin tener que decirles aquéllo de “Go
Home”, en unos momentos en los que se está tratando el TTIP (Transatlantic
Trade and Investment Partnership).
Tampoco resultaría sorprendente para nadie que estas parejas protagonizasen
de la noche a la mañana un sonado divorcio en el que salieran a relucir los
trapos sucios de cada una de las relaciones.
Malos tiempos para la lírica.
Al final es incluso posible que únicamente se mantenga aquélla relación en
la que reina el desacuerdo, el enfrentamiento y la dialéctica económica.
Esa de Schäuble y Varoufakis
Al fin y al cabo ya lo sabemos:
Poderoso caballero es Don Dinero.
Isabel Viñado Gascón.
No comments:
Post a Comment