Amigos y Enemigos

Noticia recogida en

www.elconfidencial.es  19 de Agosto de 2014

La armada trol de Vladimir Putin

 

Comentario

Ahora le dicen a Europa que tenga cuidado porque está siendo presa de la propaganda de Putin. La pobre Europa sumida en sus propios tormentos no sabe muy bien de qué le están hablando. Putin ¿quién es Putin? Para una parte de Europa, sólo un nombre, sólo eso. Para la otra parte, el recuerdo de tiempos pasados. Pesadilla o añoranza, sólo ella lo sabe.

Europa puede creer la propaganda de los Unos.

Europa puede creer la propaganda de los Otros.

Europa puede creer a quien le plazca.

Por lo menos, hasta el día de hoy.

Y puede hacerlo:

Primero, porque Europa es plural.

Segundo, porque en Europa existe el derecho de libertad religiosa. La propaganda en tanto en cuanto  que el que recibe esa propaganda no puede determinar racionalmente si lo que escucha, ya sea de Unos, ya sea de Otros es cierto o no, puesto que no está “in situ”, sólo puede elucubrar. Esto significa que creer la Propaganda entraña  –ni más ni menos- que un acto de Fe.

La pobre Europa sumida en delirios febriles oye voces y no sabe a quién pertenecen esas voces. ¿Voces del más allá? ¿Voces reales? Y sigue vagando por entre los campos yermos y fríos blandiendo la espada al aire, lanzando improperios a las estrellas. Vapuleada por los Unos, por los Otros y por los de Dentro.

Es terrible observar cómo los Unos y los Otros enzarzados en una interesante pero no menos difícil partida de ajedrez mueven sus piezas de aquí para allá, a veces de forma un poco confusa y otras haciendo gala de una gran capacidad estratégica.

Y sin embargo, aunque cueste reconocerlo, el problema de Europa no es ni solamente Putin, ni solamente Obama.

En este momento, los europeos –ya lo he dicho alguna vez- dudamos entre “Ser” o “No ser”, ‘Ser de aquí” o “Ser de allá” y deambulamos perdidos por las inmensidades de los soñados valores Absolutos, del “querer y no poder”, para terminar mirándonos al espejo y preguntarnos “quiénes somos” y “quiénes querríamos ser”.

Silencio.

Los espejos nunca contestan.

El problema de Europa no es Putin.

El problema de Europa no es Obama.

El problema de Europa es Hamlet.

Isabel Viñado Gascón.