Aquél que dijo: “La foto es lo más importante”, estaba pensando,
seguramente en la famosa frase: “una imagen vale más que mil palabras”.
Lamentablemente ni él ni muchos otros tienen tiempo de detenerse a pensar que
las palabras mienten y que puesto que una imagen vale más que mil palabras, una
imagen puede incluso llegar a confundir la realidad mucho más de lo que lo
hacen mil palabras juntas. Y cuando digo confundir me refiero no sólo al
falseamiento; también a la posibilidad
de que un hecho pueda ser interpretado de formas distintas, según el
observador.
La prensa alemana está un tanto “alarmada” (tan alarmada como está siempre
que se trata de captar la atención del siempre somnoliento espectador) porque
Putin ha organizado un desfile militar en el cual va a mostrar a sus invitados,
y de paso al mundo, su poder militar. A mí, dicha alarma me asombra. Entre
otras cosas porque la semana pasada los periódicos anunciaban que un cargador
espacial ruso había sufrido una serie de averías y que se precipitaba en picado
hacia el Océano Pacífico. Sea como fuere, el caso es que el presidente chino,
el coreano, el indio, así como otros altos dirigentes, como el presidente de la
ONU acudirán a presenciar el impresionante despliegue de fuerzas que va a tener
lugar en Moscú. No asistirán, en cambio,
el presidente de Estados Unidos ni la canciller alemana en protesta ante el
comportamiento ruso en el conflicto ucraniano. Por los mismos motivos, tampoco
estará presente el Primer Ministro japonés.
Algunos creen ver en la
presencia de China un acercamiento a Moscú y en consecuencia, un enfriamiento
de sus relaciones con los Estados Unidos. Esto no es cierto, como tampoco lo es
que la ausencia de algunos presidentes occidentales en el desfile militar y en
el obligado posado signifique que las relaciones entre Rusia y los países de
tales dirigentes se encuentran en eso que algunos denominan: “punto muerto”.
La negociación, la
aclaración, el discurso, la reflexión: éstos son los conceptos que sustentan la
política mientras es política y no guerra o barbarismo. En política, el arte
más humano que existe, la muerte es lo último en lo que se piensa.
Algunos periodistas están
convencidos de que el extraordinario espectáculo que se va a celebrar el 9 de
Mayo para celebrar la victoria aliada sobre los nazis se debe, sobre todo, al
deseo de Putin de mostrar que el aislamiento que muchos le desearon e incluso
le auguraron no se ha producido.
Razón para pensarlo no les falta, desde luego. Vivimos en un mundo de redes
sociales, gracias a las cuales la intercomunicación con los amigos y los
enemigos es constante. Todos somos amigos de todos y todos somos rivales de
todos. Utilizamos las redes para presentar la imagen que de nosotros queremos
vender; conocer e incluso espiar las propuestas rivales; mejorar la nuestra a base
de los retoques e innovaciones que vemos a hacer a los otros en las suyas y
todo ello en miras a imponernos más eficaz y ampliamente en el mercado.
Pero entre todos estos requisitos hay uno que es fundamental, esencial: el
de no permanecer aislado, el de no caer en el olvido. La foto es lo más
importante no porque valga más de mil palabras sino porque genera más de mil
titulares. Es imprescindible que hablen de uno, aunque sea mal. La soledad, el
aislamiento, eso es lo terrible hoy en día. No sólo para los diferentes Estados
políticos: también para los hombres privados. Vivimos dentro de un sistema. El
sistema permite nuestra supervivencia como hombres pero nosotros no somos
indispensables a la supervivencia del sistema y cualquier pequeño soplo de viento
puede empujarnos fuera de él, condenándonos de este modo a ser héroes o
muertos.
La mayoría de los que se encuentren con Putin en
el desfile militar se reunirán la semana siguiente con los críticos de Putin.
El mismo Putín no dudará en sentarse a tomar café con sus adversarios. China
hoy viaja a Moscú y mañana a Estados Unidos. Lo mismo sucede con India. Así
pues, si Rusia es amiga de India y la India es amiga de los Estados Unidos ¿significa
eso que Rusia es amiga de los Estados Unidos? Si China hace negocios con Rusia
y China hace negocios con Estados Unidos ¿significa que Rusia hace negocios con
los Estados Unidos?
Si los amigos de mis amigos son mis amigos ¿somos
todos amigos? En ese caso uno se pregunta
asombrado ¿por qué pues tantos conflictos?
Si los amigos de mis amigos no son mis amigos ¿cómo
puedo confiar en que mis amigos son amigos verdaderos, amigos leales? Y uno,
asustado, se acuerda de las "travesuras" de la NSA...
Miro a través de la ventana. La sosegada y serena
luz del atardecer primaveral ilumina la estancia yéndose a posar suavemente sobre uno de mis libros. Miro curiosa el título: “Los sonámbulos”, de Christopher Clark que narra, entre otras, las aventuras
y desventuras diplomáticas poco antes del estallido de la Primera Guerra
Mundial cuando no es que todos fueran amigos de todos, ¡es que todos eran
parientes de todos!
El espectador hace tiempo que duerme recostado en
su sillón.
Isabel Viñado Gascón.
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